Nutrición

¿Por qué es importante el desayuno?

“Estoy apurado/a, no tengo tiempo para desayunar” ¿Cuántas veces has dicho esto?

Imaginemos el siguiente escenario: estas buscando perder esos kilitos de más que tanto te molestan. Te acercás a un especialista en nutrición, acuerdan una dieta o régimen alimenticio determinado. Sin embargo, te gustaría acelerar el proceso de bajar de peso. Y es ahí que empezás a saltearte ciertas comidas. Claro, una de las más sencillas para olvidar es el desayuno.

¿Y si te dijera que salteándote el desayuno no vas a adelgazar más rápido? ¿Y si te dijera que, en realidad, eso puede favorecer que continúes ganando peso?

En esta ocasión, hablaremos de la importancia del desayuno, tanto para nuestro cuerpo, para nuestra actividad diaria, como también para el éxito de nuestra dieta.

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¿Por qué es importante el desayuno?

A veces pareciera que desayunamos casi por inercia, debido a que es a lo que nos acostumbraron a lo largo de nuestra infancia y hemos decidido dejar de cuestionarlo. Sin embargo, la importancia de un buen desayuno debería trascender la simple costumbre, de modo de que, además, nunca vayamos a abandonarlo.

Un buen desayuno – saludable y equilibrado – es lo que brinda a nuestro cuerpo un reparto armónico de las calorías a lo largo de todo el día. Además, proporciona una ración de seguridad de muchos de las vitaminas y minerales necesarios para el buen funcionamiento de nuestro organismo.

Al mismo tiempo, del desayuno depende, en gran medida, la energía con la que arranquemos el día y que persistirá a lo largo del mismo.

¿Cómo es un desayuno equilibrado?

Las claves de un desayuno equilibrado
Las claves de un desayuno equilibrado

Por lo general, cuando se piensa en las proporciones que deben encontrarse en el desayuno, se estima que en éste deben ingerirse alrededor del 20% y 25% de las calorías que se consumirán en todo el día. Para lograr que este aporte calórico sea saludable y equilibrado, lo ideal es que esté compuesto, principalmente, por los siguientes grupos alimenticios:

  • Lácteos
  • Cereales
  • Frutas

Los lácteos (como pueden ser la leche, el yogur, el requesón, la cuajada, el queso, entre otros) son los que nos proveen del calcio que nuestros huesos necesitan. Además, funcionan como una gran fuente de energía para el resto del día. Los lácteos contienen vitaminas A y D, como también aquellas del grupo B (B12 o Riboflavina)

Los cereales, por su parte, son los que nos brindan los hidratos de carbono que actúan como fuente de energía para nuestro organismo. Funcionan como una gran fuente de vitaminas y minerales esenciales. A su vez, todos los cereales que son integrales aportan, además, grandes proporciones de fibra.

En lo que respecta a las frutas, además de su importante aporte de vitaminas y minerales, brindan agua para optimizar el funcionamiento de nuestro organismo. Por otra parte, son también una buena fuente de hidratos de carbono para la energía.

¿Cuáles son los beneficios de un buen desayuno?

Son muchos los estudios que se han realizado hasta la actualidad que demuestran los beneficios que un buen desayuno aporta para nuestra salud y nuestro rendimiento.

En primer lugar, la costumbre de desayunar bien y de manera equilibrada mejora exponencialmente nuestro estado nutricional. Cuando hablamos de “estado nutricional” hacemos referencia a que nuestras necesidades, tanto energéticas como nutritivas, quedan cubiertas y satisfechas a partir de lo que consumimos. Cuando ingerimos un buen desayuno, completo y equilibrado, estamos ingiriendo la mayor parte de los nutrientes que nuestro organismo necesita para funcionar correctamente.

Por su parte, cuando desayunamos de manera consciente, somos menos proclives a acudir a alimentos grasosos y poco saludables a lo largo del resto del día. Esto, no sólo nos privaría de cubrir nuestras necesidades nutricionales, sino que afectaría el nivel de energía con que contamos a lo largo del día. Además, puede ser contraproducente para las personas que estén buscando bajar de peso.

Otros beneficios:

  • Cuando un desayuno incluye elementos como el pan (tostado), los cereales, las galletas saludables (como pueden ser las galletas de arroz), el consumo de grasas a lo largo de lo que resta del día tiende a ser mucho menor. Esto se debe a que el consumo de los alimentos mencionados aporta un amplio contenido calórico a través de los hidratos de carbono, reemplazando así el aporte que pueda provenir de alimentos grasos poco saludables.
  • Si un desayuno equilibrado incluye cereales o panes integrales, éstos contribuirán a satisfacer casi en su totalidad el requerimiento que nuestro organismo tiene de fibra.
  • Un desayuno saludable y equilibrado contribuye a satisfacer casi todos los requerimientos nutricionales de nuestro cuerpo, incluyendo lo que respecta a nuestra necesidad de vitaminas y minerales.
  • ¡El control del peso! Aunque pueda parecer todo lo contrario, las personas que mantienen desayunos completos y equilibrados son las más proclives a mantener su peso corporal dentro de los límites ideales. Al mismo tiempo, el mecanismo de distribuir los alimentos a lo largo de 4 o 5 comidas, favorece que no haya una sobrecarga en ninguna de ellas.
  • Cuando una persona omite el desayuno, está presionando a su organismo a que ponga en marcha una serie de mecanismos orientados a mantener el nivel de glucemia en valores óptimos. Eso genera cambios hormonales que pueden afectar de manera negativa su rendimiento, tanto físico como intelectual y anímico.

¿Qué puede pasar si no desayuno?

Cuando no desayunamos, son muchas las consecuencias diversas que pueden ocurrirnos. Algunas de las más frecuentes son:

  • Falta de energía y decaimiento
  • Problemas para concentrarse correctamente
  • Problemas de orden anímico
  • Inducción a consumir mayores cantidades de grasas a lo largo del resto del día (sobrepeso)

Cuando se omite el desayuno, suele producirse una carencia en el nivel necesario de glucosa en la sangre. Ello lleva a que nuestro cuerpo queme otras reservas de energía diferentes. Esta variación es la que genera alteraciones significativas en el correcto funcionamiento de nuestro organismo.

Basándonos en todo lo mencionado con anterioridad, podemos decir que el desayuno condiciona nuestra vida, tanto en los aspectos físicos y nutricionales, como también en los psicológicos, anímicos y sociales.

¡Demos inicio al hábito de desayunar!

Cuando se ha perdido la costumbre de desayunar en las mañanas, puede ser muy difícil retomarla. Sin embargo, teniendo en cuenta todos los beneficios que el desayuno trae consigo y las dificultades provenientes de no ingerirlo, debemos hacer el esfuerzo de incorporarlo a nuestra vida nuevamente. ¿De qué manera? Veamos algunos consejos:

Consejos

  • Sé que será difícil decir esto, pero levantarse cinco o diez minutos antes cada día ayudará a encontrar el tiempo para consumir el desayuno, eliminando de la agenda la excusa de que “no tenemos tiempo”
  • Una excelente opción para lograr agilizar el momento del desayuno en la mañana, podría ser planificándolo desde la noche anterior y dejando todo lo más preparado posible
  • ¡Ojo! Beber un café, un té o un par de mates no cuenta como desayuno. Para que un desayuno sea saludable, equilibrado y, por ende, beneficioso para nuestro cuerpo y nuestra salud, debe estar compuesto por los elementos mencionados anteriormente (lácteos, cereales, frutas)
  • ¡Calma! No hace falta que, si no estás acostumbrado a desayunar, de repente te levantes mañana y comas todo a tu alrededor. El procedimiento de incorporar el desayuno a tus días puede realizarse de manera progresiva. Hacer este cambio de golpe puede, inclusive, ser perjudicial para nuestra salud y traer consigo malestares gástricos, estomacales, pesadez, estreñimiento, entre otros. Así que, para realizar este proceso de manera lenta y progresiva, podés comenzar bebiendo un vaso de leche o comiendo una fruta, comprar un yogur con cereales, entre otras opciones
  • Otra de las maneras de incorporar esta actitud de manera progresiva, puede ser comenzando con alimentos que sean fáciles de transportar. De esta manera, si te sentís sin ganas o con cansancio de consumir un determinado alimento, podés llevarlo con vos a tu trabajo y consumirlo ahí o mientras viajás
  • Los panificados son, tal vez, una de las opciones más fáciles de incorporar en nuestras mañanas, debido a que todos alguna vez hemos consumido alguna galleta o tostada cuando nos levantamos.

¡A desayunar!

Es importante tener en cuenta que incorporar hábitos nuevos – aunque estos sean tan saludables y beneficiosos para nuestro cuerpo y nuestra salud – puede consistir en todo un desafío. Como tal, depende necesariamente de nuestra fuerza de voluntad. Sin embargo, si tenemos en claro los beneficios que un delicioso y equilibrado desayuno puede brindarnos y lo recordamos cada mañana, verás cómo pronto harás de tu desayuno un momento para comenzar el día disfrutando.