Interés General

¿Es una Urgencia o una Emergencia?

Más de una vez nos hemos visto a nosotros mismos o a un miembro de nuestra familia frente a alguna situación problemática de salud y nos hemos preguntado si debíamos o no llamar al médico. Y cuando finalmente decidimos hacerlo, se presenta la gran pregunta: ¿es una urgencia o una emergencia?

Conocer la diferencia entre estos dos términos es de gran importancia, tanto para el cuerpo médico en general, como para la población en su totalidad. Te enseñaremos a diferenciar una urgencia de una emergencia

Entonces, ¿cómo reconozco una urgencia?

Podemos decir que nos encontramos frente a una situación de urgencia, cuando observamos una problemática de salud que se presenta repentinamente y que no necesariamente implica riesgo de vida, pero que despierta en nosotros la conciencia de necesidad inminente de atención médica.

Una urgencia puede ser un problema de diversas causas y gravedades. Suele definir, a su vez, a toda aquella patología cuya evolución se desarrolla de manera lenta y, si bien puede no ser mortal, conlleva una necesidad de atención que no debería retrasarse más de un plazo de seis horas. En caso de no recibirse tratamiento a tiempo, una urgencia puede derivar en un fuerte deterioro de las condiciones del paciente y acabar convirtiéndose en una situación de gravedad mayor.

…¿Y una emergencia?

Hablamos de emergencia, cuando se presenta repentinamente una situación de salud que requiere de tratamiento inmediato puesto que puede implicar un alto riesgo de vida, incapacidad o perjuicio de la función de algún órgano.

Una emergencia incluye a todos los casos en los que la falta de tratamiento puede llegar a conducir a la muerte en cuestión de minutos.

En caso de encontrarse en situaciones de esta índole, es de gran importancia y utilidad contar con la cercanía de personas que sean capaces de realizar primeros auxilios en el momento requerido.

En los casos de emergencia es recomendable conseguir asistencia temprana llamando a una ambulancia, aunque, en algunos casos, puede resultar más pertinente y veloz llamar al médico de cabecera o buscar el traslado del paciente al hospital por medios propios.

Luego de conocer estas diferencias entre los conceptos de urgencia y emergencia, mencionaremos algunos ejemplos representativos y síntomas de cada uno, a tener en cuenta a la hora de que puedan producirse distintas situaciones de riesgo.

Urgencias

  • Si la persona afectada posee antecedentes de infarto, angina de pecho y repentinamente presenta fuertes dolores torácicos, puede tratarse de un episodio coronario agudo, que debe ser tratado en el hospital como una urgencia médica. Lo mismo ocurre con los pacientes hipertensos, diabéticos o con un nivel de colesterol alto.
  • Hay patologías infecciosas o inflamatorias que se dan en el interior del abdomen y que pueden ser de suma gravedad. Se las reconoce cuando se presenta un dolor abdominal que va acompañado de fiebre pero no de diarrea (en los casos en los que va acompañado de diarrea, lo más probable es que se trate de una gastroenteritis, lo cual no representa necesariamente una urgencia médica).
  • Los dolores de cabeza que vayan acompañados por algún tipo de parálisis o dificultad en el habla, alteración de la conciencia, pueden llegar a representar una patología intracraneal que debe ser tratada en el hospital.
  • Debe ser tomada como urgencia la presencia de cuerpos extraños, ya sea en los ojos, la nariz, garganta u oídos.
  • Las crisis hipertensivas deben ser tratadas como urgencia, si la presión diastólica presenta una suba de 120 o 130 y la sistólica de 220 o 230 de manera brusca.
  • Las hemorragias digestivas, en caso de ser altas (vómitos de sangre o deposiciones negras), deben ser motivo de pronto tratamiento.
  • En cuanto a las crisis respiratorias, son meritorias de pronta atención médica aquellos casos en los que el paciente llega a un ahogo tal que le impide el uso del habla o cuando supera las 30 respiraciones por minuto.
  • Las arritmias, acompañadas de pérdida de conciencia o dolor torácico también merecen tratamiento urgente.

Otros ejemplos de síntomas que pueden representar una urgencia, son:

  • Sangrado por vía urinaria o de nariz
  • Hernias acompañadas de dolor abdominal
  • Intoxicación etílica
  • Traumatismos graves
  • Urgencias gineco-obstétricas (considerando como tales el parto o el sangrado vaginal)

Emergencias

Debemos tener plena conciencia de las distintas situaciones que pueden ser consideradas como emergencias médicas, de forma de actuar con la mayor rapidez y eficacia posible. Algunos síntomas a considerar como propios de emergencias, son:

  • Sangrado incesante
  • Graves y prolongados problemas respiratorios
  • Asfixias
  • Vómitos incesantes o con presencia de sangre
  • Pérdida del conocimiento
  • Dolores torácicos intensos
  • Cambios propios del estado mental: confusión y dificultad para despertar.
  • Impulsos homicidas o suicidas
  • Lesiones de cabeza o columna
  • Sentimiento de debilidad, mareo o cambios súbitos en la visión
  • Intoxicación
  • Accidentes, lesiones súbitas, quemaduras, electrocución, inhalación de humos, ahogamiento inminente, heridas de gravedad.
  • Presión o dolor en la parte superior del abdomen.

Luego de haber identificado la gravedad del problema frente al que nos encontramos, te recomendaremos una serie de procedimientos a llevar adelante en caso de reconocerse una situación de emergencia:

En primer lugar, es importante mantener la calma, identificar los centros de emergencia más cercanos y accesibles y tener fácil y rápido acceso a los números telefónicos de emergencias. A la hora de la comunicación telefónica con los servicios de emergencia, se debe hablar con claridad y con la mayor tranquilidad posible, para así poder evitar todo tipo de confusión y malentendido.

Si el paciente ha sufrido algún tipo de golpe, caída o pérdida de conciencia, no se debe movilizarlo. A su vez, puede resultar de gran utilidad contar con la presencia de una persona que pueda llevar a cabo procesos de reanimación cardiopulmonar (RCP).

Es de gran ayuda llevar siempre consigo una lista de los medicamentos que ingiere con regularidad, para así poder evitar cualquier situación que pueda prestar a confusión.

En caso de esperar la llegada de la ambulancia, es recomendable que un miembro del grupo acompañante permanezca junto a la entrada del lugar para facilitar el acceso rápido del grupo médico. A su vez, movilizar muebles o todo aquel elemento que pueda obstaculizar el ingreso de la camilla y mantener al paciente en un sitio de fácil acceso, permitirá  optimizar el funcionamiento de los servicios de emergencia.

En casos de accidentes en la vía pública, es de vital importancia llevar siempre consigo los números telefónicos y direcciones de los distintos servicios de emergencia de la localidad en que se maneje con regularidad, así como también la documentación propia de su Obra Social o servicio de asistencia en caso de tenerlo. De esta manera, estará mejor preparado ante situaciones adversas o de riesgo y favorecerá su recuperación.