Interés General

Hemorragia, perdida de sangre

Básicamente, hemorragia es la perdida de sangre fuera del torrente sanguíneo. Una hemorragia puede ser interna (la sangre se filtra desde los órganos o vasos sanguíneos) o externa (la sangre sale por lastimaduras de la piel o por orificios naturales del cuerpo, como la nariz).

Si la hemorragia es a través de los capilares, se puede considerar como hemorragia leve, debido a la poca presión que hay en ellos, por su tamaño.
Si la hemorragia es a través de las venas, la sangre sale de forma permanente pero con baja presión.
En cambio si la hemorragia es arterial, podemos decir que es grave y necesita atención de manera urgente. La sangre sale con mucha presión y es difícil su control.

Las hemorragias pueden ser espontáneas o causadas por heridas corto-punzantes. Por esto es muy importante tener cualquier utensilio o herramienta con punta y/o filosa, fuera del alcance de lo más pequeños.
Ante una hemorragia externa, se debe actuar de forma rápida para su correcta atención. Puede ayudarse con la técnica de presión directa y firme sobre el punto de salida de sangre.

Se debe tener especial cuidado con el contacto con la sangre ya que se pueden adquirir diferentes enfermedades graves como el sida o la hepatitis. Siempre que se pueda, se deben usar guantes protectores, preferentemente de látex y en contra de la creencia popular, deben evitarse los torniquetes salvo que realmente sea el último recurso y haya peligro de muerte. Si se utiliza, debe ser puesto entre la herida y el corazón.